Que haces en Berlín?
Cuál es tu proyecto, tus planes aquí?
Crees en Dios?
¿Por qué crees en Dios?
¿Creer en Dios te sirve de algo?
Dime hechos concretos donde Dios se ha presentado en tu vida?
Con estas preguntas empezamos nuestro encuentro de jóvenes de octubre.
Especialmente con la última pregunta pudimos compartir algunos hermosos testimonios que surgieron:
Dios me ayudó a reconciliarme con mis padres.
Soy enfermera y he visto a Dios en mis pacientes. En una ocasión, ayudando a ponerse los zapatos a un paciente que era sacerdote, le escuché rezar la misma oración que rezaba mi mamá. Era una oración de Santa Teresa.
Yo vi a Dios en mi abuela y en mi madre, porque ellas hacían cosas increíbles por mí, y creo que solo teniendo a Dios con ellas podían hacerlo.
Dios me ayudó a reunirme con mi familia en Berlín.
No permitió que me quedara sola.
Yo soy un egoísta, y sin embargo Dios me ayuda en mi matrimonio.
Dios me ayuda a donarme y servir a mi esposa y a mis hijos.
Algunas conclusiones:
La Palabra de Dios nos habla de un Dios cercano, que está presente en la vida diaria, todos los días, en todos los acontecimientos, no solo en la Pascua de Resurrección o la Navidad.
Debemos aprender a distinguirlo, a encontrarnos con Él, a verlo en el prójimo: esto alimenta nuestra fe.
La fe no es otra cosa que reconocer a Dios en la vida misma. Pero cuidado con aquel que no quiere que nos encontremos con Él.
Pidamos la fe a la Iglesia: en el bautismo, en los sacramentos.
