CAMINATA DEL 22 MAYO Aprendiendo a caminar con Jesús

Fue un dia precioso, se pronosticó buen tiempo y mucho calor. Ese Domingo se celebraba la Santísima Trinidad.  Se iniciaba nuestro encuentro con la Santa Misa a las 12.00, nos fuimos reuniendo al terminar a las afueras del templo allí se nos ofrece algo ligero para comer antes de la partida, fruta, bocadillo , agua, tambien recibimos la bienvenida del Párroco, el Padre Exiquio. Empezamos con un momento de oración y alabanza frente al Santísimo, recibimos un rosario y una estampita y revestidos del Espiritu Santo salimos rumbo a lo que el Señor tenía preparado para nosotros.

El tramo en U-bahn y luego S-bahn hasta el punto de partida se hizo largo, algunos jóvenes decidieron no continuar, ya no disponian de más tiempo. Llegamos a la estación de Ostkreuz y alli nos reunimos con el resto de jóvenes que esperaba y juntos con la cruz en la cabecera iniciamos la caminata. El trayecto nos llevó por calles y parques , se nos dió una tarea a realizar en parejas mientras caminabamos , unas reflexiones y preguntas que resultaron magnificas. Luego de un tiempo para nuestra sorpresa habiamos avanzado solo dos kilometros, entonces apresuramos el paso , intercambiamos pareja y rapidamente llegamos a nuestra primera estación, el Tierpark

Fue un momento de descanso, nos sentamos al fín, cantamos juntos una vez más y compartimos la experiencia de esta primera etapa de caminata. Tuvimos muy buenos comentarios como: «Nuestro padre esta feliz y desde el cielo ve la entrega que sus hijos demuestran caminando bajo un sol fuerte» o tambien, «Siento que Jesús camina con nosotros porque estoy haciendo lo que él quiere de mi, hacer esta caminata» o «Me gusta alejarme del ambiente de fiesta que rodea a los jóvenes y vivir algo más serio como esta caminata»

Continuamos nuestro camino siempre con la Cruz por delante guiando nuestro paso, la meta era llegar al seminario a tiempo para celebrar con ellos las visperas (Oración de la tarde), nuestra tarea mientras caminabamos fue rezar el rosario acompañado de cantos. .

Esta etapa fue diferente, para nuestra sorpresa ya no eran calles, parques y casas lo que veiamos, sino eran los verdareros caminos de un peregrino: al lado de las vias del tren, debajo de los puentes, o desorientarnos por un momento, nos parecia un camino interminable y el ultimo tramo fue muy cansado, pero muy pronto nos llegó el premio a nuestro esfuerzo.

A la puerta el Rector del Seminario, el Padre Silvano nos esperaba estrechándonos la mano a cada uno de nosotros, nos daba la bienvenida, lo mismo los seminaristas, ellos habian preparado un bonito recibimiento con comida y bebida.   Nos contaron un poco de la historia del seminario, nos hicieron una visita guiada por las instalaciones, vimos las impresionantes salas de estudio, la biblioteca y sobre todo el Santuario de la Palabra «Yeshiva».

Finalmente todos juntos, jóvenes peregrinos, seminaristas, presbiteros, profesores, señoras voluntarias celebramos las visperas, alabando y bendiciendo al Señor por el día tan fabuloso que nos regaló.

IMG_2145 IMG_2160a IMG_2144b

20160522_173151 20160522_173349 20160522_173238 IMG_2185 (1) IMG_2175 IMG_2169 IMG_2174 IMG_2165 IMG_2176 IMG_2149 IMG_2160 IMG_2164 IMG_2162  20160522_173259

TESTIMONIOS DE JÓVENES PEREGRINOS

Testimonio de Elisabeth, peregrina filipina, en la JMJ de Colonia’05.
“La verdad es que nunca me había planteándolo que significaba ir de peregrinación. Cuando fuimos a Colonia, en mi interior, pensaba que íbamos a hacer un viaje por toda Europa, y que simplemente teníamos que ir haciendo unas etapas, antes de llegar, etapas en las que aprovecharíamos para hacer alguna visita turística. Sin embargo, descubrí algo que los cristianos han hecho durante siglos. Era impresionante caminar con otros peregrinos de todas partes del mundo. Peregrinar es algo duro físicamente, pero merece la pena hacerlo por sus frutos espirituales. Comes poco, duermes mal en el saco de dormir, a veces ni te puedes duchar, pero por dentro, algo pasa en tu alma. Y eso es la peregrinación. Recuerdo que una mañana, muy temprano, me levanté y me dolían todos los huesos. Pero, increíblemente, todo cambió pronto; la alegría y el entusiasmo que sentía a mi alrededor (incluso a horas tempranas de la mañana) me contagió. Luego por la tarde fuimos a la Vigilia con el Papa. La alegría de ver a cientos de miles de jóvenes y ver como el jaleo se transformó en silencio de adoración cuando empezó la adoración a la eucaristía, me hizo entender la frase de los reyes magos que era el tema del año 2005: “hemos venido a adorarlo”. Ahí conocí un poco más a Cristo y encontré el sentido profundo de mi vida. Además en la JMJ pudimos conocer mejor las vidas de los santos, de la Virgen, y se nos expuso aspectos de la devoción católica que a veces no se hacen en nuestro país”